La semana pasada asistí, junto con mi mujer, al VI Encuentro Iberoamericano de Poetas Carlos Pellicer en Villahermosa, Tabasco. No comentaré aquí la calidad de los poemas que se leyeron ni las viejas costumbres de los poetas cuando se reunen. Lo que sí diré es que la presencia de Pellicer en Tabasco es soprendente. Su participación en la vida ciudadana y la creación del Museo La Venta son dos ejemplos maravilosos de lo que un poeta, más allá de sus palabras, puede hacer. Urge un poeta con esa fuerza y conciencia en nuestro país.
Imagen: caja de chocolate comprada en el mercado de Villahermosa, Tab.
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