Esta nochecontra la roca de la tiniebla me reviento.
Después de leer en el aire los signos del aire
entiendo que mi sabiduría se reduce a poseer el nombre de las cosas,
el derrumbe de sus significados.
De entre los escombros
aparece mi imagen.
Tengo sed de otras aguas
y así como la noche
también desaparezco.
No busco la salida,
yo me pierdo en otro laberinto,
y mi fiera que soy sigue su rugir,
su grito cardíaco,
y aún si me detengo,
avanzo.
JC
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