Los flujos migratorios ponen en evidencia que el lugar en el que nacimos ya no basta, no es suficiente para vivir.
Les recomiendo que vean la película SIN NOMBRE, una épica contemporánea que relata el viaje del infierno al infierno y de lo más preciado que creíamos tener: la juventud y la esperanza.
Te sugiero que la veas antes de ir a votar en el el siguiente circo electoral.
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